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miércoles, 20 de octubre de 2010
LAS MUJERES TAMBIEN PESCAMOS !!! ( relato de PATRICIA LOHIN)
"Mucho se ha hablado y se seguirá hablando de la pesca, que las cuestiones técnicas, que mar, laguna, con mosca, etc. Que mejor solo y frente al mar con una caña que ir al psicólogo. Pero qué pasa con una mujer de cuatro décadas que de buenas a primeras agarra una caña?Si, ya se. Las mujeres tenemos esa maldita costumbre de ser multifacéticas. Que un año nos agarra el berretín por la cocina, otro por el deporte, otro por aprender a tirar el tarot y de pronto..... uff la caña. Cosa que termina con la paciencia de más de algún hombre que cumple con la tarea de maestro ciruela.
Mi encuentro con la pesca es un hecho totalmente fortuito. No es una herencia, sino un acto que comenzó como recreativo y ahora es un desafío. El primero sin dudas es ser mujer de asfalto y entrar en el medio. Cero camping, nada de carpa, viento, arena o atardeceres frente a alguna laguna. Pero… cómo es posible que una persona pase horas mirando una caña? Cómo puede perderse uno en lo atemporal de los minutos que tienen su propia longitud mientras se pesca?En qué cabeza cabe sacar un hermoso regalo de Dios del agua y dejar que termine sus días aleteando a un costado? Estas y muchas otras preguntas ridículas –o no tanto- me hacía yo antes de que llegara a agarrar siquiera una caña.La primera caña fue de laguna. Siendo mujer aparecieron algunas cositas que de movida obstaculizaron la tarea: el perfume, las cremas y otros aditivos que una se pone para parecer razonablemente una femme. Algunas jornadas infructuosas me tuve que masticar hasta que entendí que tenía que dejar esas coqueterías de lado para poder pescar.No importa. Las aproveché para lagrimear las primeras veces que ensarté una plateada viva en el anzuelo, para aprender a tirar, agudizar la vista para mirar los corchos, que si se hundían por el oleaje o porque picaban, etc, etc.Y así llegó el día. Botas, gorra, metida en los juncales y pasando cinco horas inundada –tal cual, había más agua en mis botas que en la laguna Tupungato-, encañando, recogiendo, y la gloria del pique. Qué alegría inexplicable!Pero llegaron otros días más difíciles. Los de mar.Hubo muchas lecciones, horas tratando de tirar atrás de la rompiente y el brazo a la miseria. Que esta caña si, que la otra no, que derecho, que hay arrastre, que cómo me doy cuenta si picó o no, que no ves que tenés prestar atención, encañáaaaaaaa!!!!!!! No recojas tan rápido!!!! Y que corno hago yo metida hasta la cintura en el mar con el frío que hace? Que cómo saco este olor a pescado de las manos?Y de pronto todo eso se fue con la bruma de mar. Un día el primer gallo, otro la primera corvina, y siempre la suerte de principiante a mi favor.Y si señores, ya los entiendo. Eso sí, no me pidan tecnicismos en mi lenguaje! Soy novata!!"
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1 comentario:
muy buena tu nota,somos muchas mujeres que pescamos,aunque algunos no nos reconocen como tales,que si encarnamos,o tiramos mal,que cuando nos pican algun pez,saca despacio,encañaaaaa,o no saques tan rapido es asi,pero nosotras seguiremos con caña en mano.suerte para todas nosotras
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